UN PUEBLO DE CIPRÉS

Febrero 11, 2016, Autor: Admin

Si bien es cierto, y a pesar de que los cipreses no son árboles nativos de la zona, nuestra vida gira en torno a ellos.  Es por eso que somos un pueblo consiente y responsable de las necesidades del cantón, en el que debemos demostrar el amor hacia la naturaleza, las familias e hijos.




Tomando en cuenta de que los cipreses son una barrera natural a los fuertes vientos, y aunque no es normal en nuestro pueblo los incendios forestales (por gracia divina), el ciprés es uno de los tipos de vegetación más resistente al fuego, proporcionando un mayor tiempo de reacción a las comunidades.


San Rafael de Heredia, es un pueblo de ciprés; las familias de nuestro país buscan los fines de semana alejarse del bullicio, del estrés, y buscan ese sano esparcimiento que nosotros, los rafaeleños gozamos por años de años, y solo basta con pasar el lindo pueblo de Los Ángeles, para respirar ese aire tan fresco, que hace que nos duela un poco nuestras fosas nasales, y que para respirar un aire 100% natural solo debemos apagar el motor de nuestro vehículo o bajarnos del bus y darnos cuenta de que San Rafael es un pueblo bendecido por Dios, y que somos de ciprés.  Y si tomamos hacia Concepción, vemos amplios terrenos sembrados con café, y al llegar a la plaza, empezamos a darnos cuenta de que también predomina el ciprés y el trato amable de la gente.


San Rafael divino, San Rafael hermoso, de aquí no me voy jamás.


Esos lugares altos y fríos de nuestro país, donde las familias se sientan a la orilla de la carretera, tiran unas sábanas, sacan su termo, o su cocinita y empiezan a hacer café y calentar su comida para compartir.


Toda persona es amante de la naturaleza, de los paisajes, de los atardeceres, de las vistas impresionantes, de las estrellas, de los árboles, de los miradores, y que estamos no solo con nuestro derecho al disfrute, sino también es nuestro deber a exigir a las autoridades competentes que se tomen las medidas necesarias para poder seguir disfrutando de lo que tanto nos gusta, compartir con nuestra familia y en la montaña.


Si queremos más turismo como bien leí por ahí, que era uno de los puntos sobresalientes en casi todas las candidaturas a la alcaldía; debemos dejar de permitir la tala indiscriminada que se dá en nuestro cantón, y nuestro deber como ciudadanos es avisar a las autoridades para cuando escuchemos esas motosierras tan escandalosas que empiezan a dañar el medio ambiente y robarnos el aire y el agua pura de la que gozamos.


Esto es El Poder de Uno. El Poder Barraco. El Poder de los Cipresanos.


Y entonces, ustedes me preguntan, ¿qué caracteriza a un cipresano? Y yo les diré; es una persona que respeta la naturaleza, que respeta a su vecino, que es educado y se preocupa por mejorar siempre, que siente la necesidad inmensa de querer regresar a su hogar y que cuando puede, sube a la montaña a ver todo verde, zacate, árboles, más zacate, más árboles, flores, arbustos y hasta monte, pero monte como maleza y no como otros quisieran. Es una persona orgullosa de su gente y de sus costumbres. Es un enamorado de la naturaleza y de las cosas simples que nos da la vida.


Pero como cipresanos que somos, debemos hacer valer nuestros derechos, por eso es que como ciudadanos debemos exigir que se respete nuestra libertad, nuestro derecho a la sana diversión, y a la vez a nuestro recreo semanal.


Ahora, no me quiero despedir sin explicarles ¿Que es un ciprés?


Según la Real Academia Española, el ciprés es un árbol de la familia de las cupresáceas, que alcanza de 15 a 20 metros de altura, con tronco recto, ramas erguidas y cortas, copa espesa y cónica, hojas pequeñas en filas, persistentes y verdinegras, y frutos en forma de piña pequeña y globosa, de unos tres centímetros de diámetro.  Su madera es rojiza y olorosa y pasa por incorruptible.


¿No les parecería genial que nuestra actitud hacia las cosas y nuestro caminar fuera como las del ciprés?


Pues a mi criterio deberíamos ser como un ciprés, seamos rectos, seamos justos y firmes, con nuestro pueblo; que la comunidad abarque todo lo humanamente posible, y que la cobertura sea siempre la de la Santísima Trinidad, y aunque a veces parezcamos esas hojas pequeñas y en fila, seamos persistentes, constantes en nuestro andar, en nuestra lucha, y ante todo que en nuestro cantón todos seamos incorruptibles.


Apúntate a la nueva causa, San Rafael soy yo, eres tú, somos todos.


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